DESMONTAJE Y SUSTITUCIÓN DE BAJANTES DE AMIANTO

Las fibras de amianto son fuertes, duraderas y resistentes al calor y al fuego, por estas razones a lo largo de los años ha tenido muchos usos en las distintas industrias.
En la actualidad, está prohibida la comercialización de productos que contengan amianto añadido intencionadamente. Actualmente solo se permiten las actividades encaminadas a la eliminación, descontaminación y operaciones de mantenimiento en las que los trabajadores puedan estar expuestos a materiales con amianto, y todo ello bajo unas rigurosas medidas de seguridad, formación, prevención y protección.
El riesgo que puede entrañar para la salud se produce por una manipulación incorrecta del mismo, sin las medidas de protección adecuadas. Las fibras de amianto no se evaporan al aire ni se disuelven en agua, pero pueden contactar con el agua y con el aire cuando se degradan los materiales que contienen amianto o por su manipulación, corte, demoliciones, rotura, etc.
Las fibras, en las puede descomponerse el amianto al manipularlo, pueden ser inhaladas y depositarse en el interior de nuestros pulmones, y, tras largos periodos de tiempo, resolverse en afecciones a nuestra salud como la asbestosis, el mesotelioma o el cáncer de pulmón.
La peligrosidad de las fibras depende de una serie de factores:
  • Concentración de fibras en el aire.
  • Las características físico-químicas de las fibras (los anfíboles son más peligroso que las serpentinas).
  • El tamaño de los alveolos (las más pequeñas y finas pueden llegar hasta los alveolos más pequeños).
  • El ritmo respiratorio y las condiciones físicas y anatómicas de la persona.
  • El tiempo de exposición.
  • El efecto sinérgico del tabaco.
  • El trabajo sin las medidas de protección adecuadas.
Por ello es tan importante, seguir un protocolo expuesto por la Comunidad de Madrid y la empresa que lo haga este certificada u homologada.
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